Redefinir el fracaso. Una forma saludable de enfrentar el fracaso.

Al estudiar la vida de aquellas personas que considero exitosas, me he percatado de una característica particular que comparten: su perspectiva sobre el fracaso. Y algo que he aprendido es que la manera como percibes el fracaso es determinante a la hora de enfrentarlo y superarlo.

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8/25/20223 min read

Una de las situaciones que impacta de manera negativa nuestra motivación es el FRACASO. Sentimos que todo el esfuerzo, la dedicación y la inversión se van por el desagüe sin que podamos hacer algo para evitarlo. La energía que nos queda solo nos alcanza para lamentarnos por no haber alcanzado el objetivo que teníamos en mente. ¿Pensar en volver a empezar? ¡Ni de riesgos! Ya fue suficiente.

Sin embargo, al estudiar la vida de aquellas personas que considero exitosas, me he percatado de una característica particular que comparten: su perspectiva sobre el fracaso. Y algo que he aprendido es que la manera como percibes el fracaso es determinante a la hora de enfrentarlo y superarlo.

Mil maneras de no hacerlo.

Thomas Alva Edison es conocido como uno de los inventores más prolíficos en la historia reciente. Su aporte no se basa solo en la cantidad de patentes logradas, sino particularmente por el impacto que muchas de estas tuvieron en la sociedad y la cultura hasta el día de hoy. Muchas veces solemos fijarnos solo en el resultado (mil patentes), pero olvidamos que esos logros tuvieron un PROCESO.

Por ejemplo, el de la bombilla incandescente. ¿Sabías que Edison tuvo que realizar más de mil intentos antes de lograr el resultado que esperaba? Alguien le preguntó por qué persistía después de tener mil fracasos. Su respuesta fue algo como: “no son mil fracasos. Son mil maneras de cómo no se debe hacer una bombilla”.

Brillante, ¿no te parece?

Parte del éxito de Edison estuvo en cómo definía el FRACASO. Lo que muchos consideraban fracasos, él lo llamaba “maneras de no hacerlo”. Eran aprendizajes valiosos que le iban indicando qué no hacer o qué camino no debía tomar porque no lo iban a llevar a la meta que se había propuesto. Casi que era un ejercicio de descarte. Definir lo que no es, para encontrar lo que sí es.

Es importante redefinir lo que consideramos FRACASO. Normalmente lo entendemos como ese obstáculo que nos aleja de nuestro objetivo. Pero, en realidad, el FRACASO es la manera como aprendes las formas en que no debes hacerlo. Cuando te equivocas, no estás perdiendo. Tampoco se trata de cambiar radicalmente tu objetivo. Simplemente reacomodas el camino, tus esfuerzos, clarificas las acciones y buscas las soluciones. Y lo vuelves a intentar.

El éxito es un proceso.

Hay un principio básico en la vida y es que, la vida, es un proceso. Aun así, vivimos a partir de deseos situacionales; es decir, que nosotros deseamos o nos planteamos objetivos y queremos llegar allá de inmediato. En el fondo, sabemos que eso toma tiempo e implica esfuerzo y acciones sistemáticas disciplinadas. No obstante, esperamos y creemos que con una acción individual deberíamos tener la palmadita en el hombro, la carita feliz, la medalla o el trofeo.

¿Te ha pasado?

Todo proceso está expuesto al tropiezo, a la dificultad, a situaciones desafiantes que nos retan. Incluso, a eso que llamamos frustración o fracaso. Y entonces, ¿para qué molestarnos? ¿Qué ganamos con todo esto? Algo que solemos subestimar: EXPERIENCIA. Con cada FRACASO aprendemos algo, porque la experiencia siempre deja aprendizaje. Y, cuando te detienes a valorar ese aprendizaje, obtienes SABIDURÍA para entender qué hacer con lo que sabes.

Si a eso le sumas una buena ACTITUD, que enfrenta la dificultad como un RETO y no como un impedimento, obtendrás todos los elementos necesarios para afrontar el fracaso y convertirlo en uno de tus mayores éxitos. Desistir de lo que sueñas, de esos objetivos a los que les has establecido un plan de acción, es desistir al sentido y al proyecto de tu vida. No permitas que un intento fallido te aleje de la vida que tanto anhelas.

Sin duda, te darás cuenta de que has avanzado y crecido en el proceso, tienes mejor perspectiva e intuición que te acercarán a los resultados deseados.